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El deporte no descansa. Geoffrey Recoder
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Geoffrey Recoder

24, octubre 2025 - 5:29

Marruecos ya no sorprende

La victoria de Marruecos sobre Argentina en el Mundial Sub-20 no debe verse como una sorpresa, sino como la consecuencia lógica de un proceso de desarrollo sostenido que comenzó hace años. Desde su histórica actuación en el Mundial de Catar 2022, donde alcanzó el cuarto lugar y se convirtió en la primera selección africana y árabe en llegar a semifinales, el fútbol marroquí ha mostrado una evolución constante basada en estructura, inversión y visión a largo plazo.

En Catar, Marruecos superó a potencias como Bélgica, España y Portugal, antes de caer con Francia y Croacia, demostrando que el talento y la disciplina pueden desafiar cualquier hegemonía futbolística. Ese torneo marcó un antes y un después: el país dejó de ser visto como un invitado exótico y comenzó a ser considerado un protagonista real del fútbol mundial.

Esa transformación no fue casualidad. La Federación Real Marroquí de Fútbol (FRMF) impulsó un plan integral que fortaleció las academias juveniles, mejoró la infraestructura deportiva y fomentó la formación de entrenadores locales. Además, la exposición de sus futbolistas en las principales ligas europeas ha elevado el nivel competitivo y la madurez táctica de todas sus selecciones.

El triunfo ante Argentina en la categoría Sub-20 representa la confirmación de que el modelo funciona. Marruecos ha sabido capitalizar su éxito reciente, combinando la identidad táctica del norte de África con la intensidad y el rigor europeos. La coherencia entre sus categorías inferiores y la selección absoluta es hoy uno de sus mayores activos.

Lejos de ser un golpe de suerte, este título juvenil es una muestra de continuidad, de un trabajo bien planificado y de una mentalidad ganadora que se ha instalado en todos los niveles del fútbol marroquí. Mantener ese nivel exigirá seguir apostando por la formación, la profesionalización y la consolidación de su liga local. Pero por ahora, Marruecos ha dejado claro que su crecimiento no es efímero: su fútbol ya no sorprende, se respeta.

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