Un gol sobre la hora de Gabriel Fernández desató la llamas en el infierno, los Bravos de Ricardo Ferretti rompieron una racha de 11 partidos sin conocer la victoria y de paso mandaron a la hoguera a Ignacio Ambriz, quien una vez más salió abucheado de su propio campo. El 0-1 final deja al Toluca al filo del repechaje, y con la sensación de que el Diablo está apagado.

Aunque en el nombre Diablos y Bravos llevan la promesa de la maldad y la bravura, lo cierto es que el mal momento que viven ambos equipos es más fuerte que sus intenciones. Quizá obligado por la localía y la posición en la tabla que aún le permite soñar con el repechaje, fue el Toluca quien más lo intentó, pero la portería se le ha perdido al conjunto de Ignacio Ambriz; en sus últimos tres partidos apenas ha podido marcar un gol.

La falta de contundencia de los Diablos permite que el rival crea que está siendo perdonado, por lo tanto, cualquier opción es buena para encontrar lo suyo. Al filo de la media hora, los Bravos estuvieron cerca de abrir el marcador, en una buena definición de Fernández, quien la había mandado al fondo, pero el árbitro lo anuló por un ajustado fuera de juego. Toluca respondió con una buena oportunidad de Sanvezzo que la mandó al poste izquierdo de González.

El segundo tiempo presentó un guión parecido, con los Diablos encima, pero sin poder anotar. La más clara del partido acaso la tuvo Ian González. Tras un buen centro del “Dedos” y un rebote plagado de fortuna, el balón le quedó pleno, sin marca, casi a la altura del punto penal, pero el delantero la mandó por encima, ante la desesperación de los aficionados.

Con el partido trabado, tanto “Tuca” como Nacho movieron la pizarra. Ricardo Ferretti, un tanto más atrevido, dio entrada a Diego Rolán. El uruguayo entró bien en el juego, y aprovechó su velocidad para generar peligro. Fue un mano a mano suyo la oportunidad que estaba esperando Juárez, pero García estuvo atento al achique y desvió con las uñas.

El aviso fue claro. FC Juárez tomó confianza y le hizo pagar al Diablo su falta de acierto. Sobre el tiempo de descuento, el “Toro” Fernández desbordó por la izquierda, recortó hacia el centro y remató fuerte, pero el balón pegó en la base del palo, en el rebote, García la mandó a tiro de esquina. La sentencia, sin embargo, estaba escrita. Al 95, Fernández, en complicidad con el defensa, remató de cabeza y la mandó a guardar para llevarse los tres puntos.